La microscopía electrónica es una técnica que requiere instrumentos de
alta complejidad y personal altamente especializado. Se utilizan la
microscopía electrónica de transmisión o convencional y la de barrido. Un microscopio electrónico es aquél que utiliza electrones en lugar de
fotones o luz visible para formar imágenes de objetos diminutos. Los
microscopios electrónicos permiten alcanzar una capacidad de aumento muy
superior a los microscopios convencionales (hasta 2 aumentos comparados
con los de los mejores microscopios ópticos) debido a que la longitud
de onda de los electrones es mucho menor que la de los fotones
"visibles".
Para muestras grandes como órganos, tejidos o células, se utilizan tres técnicas:
1. La fijación química o la criofijación
2. La inclusión en resinas (criosustitución)
3. La réplica metálica
Las
muestras para microscopía electrónica deben fijarse en glutaraldehído,
que se solicita al laboratorio de Anatomía Patológica con las
instrucciones para la toma y fijación de la muestra. Los fragmentos
deben ser pequeños y tienen que fijarse en forma de varios trocitos
cuboideos de tejido de no más de 1 mm, obtenidos con hoja de afeitar o
bisturí limpios. Las muestras se incluyen en resinas sintéticas (Epon) y
se practican cortes 10 veces más delgados que los de microscopía de luz
llamados cortes ultrafinos. La tinción se realiza con sales de metales
pesados como citrato de plomo, tetróxido de Osmio o acetato de uranilo,
que permiten un contraste adecuado del tejido bajo el haz de electrones.
Los cortes ultrafinos se montan sobre grillas de cobre, se tiñen y se
observan al microscopio electrónico. Para documentar los hallazgos es
necesario obtener fotografías en blanco y negro de las preparaciones.
Microscopía electrónica aplicada al diagnóstico
En cuanto a las aplicaciones clínicas, el uso de la microscopía electrónica es de rutina para el diagnóstico de patologías renales. Algunas de las glomerulopatías primarias
requieren necesariamente de la ME son: enfermedad de membranas basales delgadas,
síndrome de Alport, glomerulopatía fibrilar e inmunotactoide y
cambios glomerulares mínimos. Además, es útil, aunque no
necesariamente esencial, en el diagnóstico de cualquier otra glomerulopatía.
Por frecuencia, la enfermedad de cambios glomerulares
mínimos es la glomerulopatía que más requiere de la ayuda
de la ME, ya que es, por definición, un diagnóstico ultraestructural.
Sin embargo, en un contexto clínico adecuado, con una muestra representativa
de corteza, adecuadas tinciones y una buena inmunofluorescencia se puede llegar
a un diagnóstico relativamente confiable en la mayoría de los
casos.
En la práctica diaria se reciben muestras de tejido renal obtenido por biopsia percutánea con aguja, biopsia
a cielo abierto (cuña de tejido) o nefrectomía (parcial o total).
El especimen debe manipularse con mucho cuidado, evitando comprimirlo o fragmentarlo.
Cuando se trata de cuñas o nefrectomías no hay problema para seleccionar
el material para microscopía de luz convencional, para inmunofluorescencia
(IF) y para microscopía electrónica (ME). En algunos casos y centros
se procura guardar, además, material congelado para estudios moleculares,
aunque el material sobrante del que fue congelado para IF puede ser útil.
Corte de riñón teñido con PAS Impregnación con metenamina de plata en corte de riñón
Idealmente el tejido seleccionado para IF
debe ser congelado rápidamente, usualmente en isopentano o metilbutano
enfriado en nitrógeno líquido, después de haberlo colocado
en OCT (gel para inmersión de muestras para congelación). Algunos
autores informan resultados aceptables realizando fluorescencia (no inmunofluorescencia)
en muestras procesadas de manera rutinaria, pero fijadas en fijador de Hollande,
para detectar depósitos inmunes.
El material para ME debe colocarse en cubículos
de 1 mm y luego en glutaraldehído frío tan pronto como sea posible.
En casos necesarios, el tejido incluído en parafina puede recuperarse
para ME, pero la calidad de las imágenes disminuye marcadamente.
No hay un número mínimo de glomérulos
indispensable para un adecuado diagnóstico. En lesiones globales y difusas
un solo glomérulo puede ser suficiente. En lesiones segmentarias, o en
casos de cambios mínimos, mientras mayor número de glomérulos
mejor, pero esperamos estudiar al menos 20.
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